miércoles, 3 de septiembre de 2014

PERU ESCRIBE: Entrevista a Teresa Ruiz Rosas, renombrada escritora peruana

Por:  Milagros Lazo Bezold para ToqueDigital

La renombrada escritora arequipeña, Teresa Ruiz Rosas - Premio Juan Rulfo del Instituto Cervantes de París y Radio Francia Internacional en 1999, Mención Honrosa de la III Bienal Internacional de Novela "Premio Copé 2011" - quien actualmente vive en Alemania, está en Lima y dentro de su apretada agenda accedió a conversar con nosotros brindándonos una interesante entrevista que reproducimos para todos ustedes en las siguientes líneas:




Estimada Teresa, sabemos que has crecido en una familia donde el arte y las letras han sido muy importantes ¿este hecho fue fundamental para que inicies tu carrera como escritora?




No suelo hablar de “carrera” porque la escritura es más una apuesta de vida, que se va cristalizando como tal con el tiempo. El hecho de haber consumido letras y artes desde casa con entera libertad como algo hermoso, gratificante, intenso, a lo cual puede valer la pena entregarse, tiene que haber sido un impulso esencial. El haber tenido toda una librería, “Trilce” a mi disposición y sin censura, con seguridad también.





Te iniciaste en la poesía, has escrito cuentos y también novelas ¿en cuál de estos géneros te encuentras más cómoda? ¿Por qué?


He escrito más novela, que concibo como un reto mayor cada vez porque el proceso de elaboración, que es lo que más disfruto en definitiva, es más largo y complejo y ver el producto terminado me depara una gran satisfacción. La poesía la cultivo en contadas ocasiones, aunque no faltan críticos que la ven también en mi prosa, lo cual me alegra mucho. El cuento me gusta y precisamente ahora estoy en una fase de relato breve. Pero no siempre es una elección a priori, sino que suelen ser los temas los que exigen determinado “formato” literario. A veces se agotan en un cuento y otras veces requieren de todo un universo que solo puede proporcionarles la novela.


Leyendo tu biografía, sabemos que has tenido un acercamiento muy estrecho con el idioma alemán ¿Has escrito alguna obra directamente en alemán?


Sí, una novela y dos relatos. Escribir la novela en alemán (Wer fragt schon nach Kuhle Wampe?) fue una experiencia agotadora pero a la vez un ejercicio revelador para que saliera a flote todo lo que había “almacenado” de esa lengua a lo largo de los años. La idea surgió por una beca de autor que obtuve de la Fundación de las Artes de Renania del Norte /Wesfalia. Los relatos fueron invitaciones a publicar en sendas antologías del Exil-P.E.N., el centro de escritores al que pertenecieron Thomas Mann, Brecht, Alfred Döblin entre muchos otros y que me honra mucho haber podido aceptar.


También has vivido en muchas partes del mundo, generalmente una persona que tiene esta experiencia suele cambiar su visión de la vida ¿cómo crees tú que esto ha influido en el desarrollo de tus obras literarias?


Ha enriquecido muchísimo mi experiencia vital, de la cual se nutre, en parte, la creación literaria, como es sabido. Y me ha dado la distancia que permite ver mejor, algo esencial para relativizar enormidades, que a veces no lo son tanto. Por otro lado, el hecho de viajar, de trasladarse, de cambiar de perspectiva, influye en el pulso de la escritura, resulta menos estática y admite el extraordinario recurso del contraste. Y vivir en un medio de lengua no materna amplía los márgenes del mundo lingüístico propio, lo que también redunda en las posibilidades de expresión al narrar. 


Has publicado con mucho éxito varias obras y has recibido varios premios importantes por ellas; sin embargo, hay una que me llama profundamente la atención  “Nada que Declarar” donde te adentras en el oscuro mundo de la “trata de personas”, imagino que escribirla te llevó mucho tiempo de investigación ¿consideras que la investigación y la literatura son vinculantes?


Depende de los temas. En el caso de Nada que declarar investigué, sí, y mucho, pero lo más importante fue tener una postura clara con respecto al fenómeno, desde años y hasta décadas atrás. Es una ficción, una novela, una historia inventada mucho antes de empezar a investigar. No ha nacido a partir de la investigación, sino de la indignación frente a algo que roza lo cotidiano y a la vez denigra la esencia del sentido de humanidad. Lo investigado ha servido para completarla, para corroborar sospechas y darles cifras o nombres a algunos aspectos, insertar casos reales con el recurso de la intertextualidad, nada más. Si no, sería un trabajo de ciencias sociales.

 

A pesar de vivir en el extranjero, no te has desvinculado de nuestro país el cual en los últimos años ha crecido mucho económicamente.  Algunas actividades que antes no tenían oportunidades como la gastronomía, la moda y el arte en general se ven ahora  como expectantes donde el Gobierno también ha decidido invertir. Has tenido la oportunidad de participar en la última FILBO donde el Perú fue el invitado de honor, cuéntanos un poco de esa experiencia y cómo crees  que redundará en el crecimiento de la literatura peruana y el mercado editorial.


No me he desvinculado ni lo haré. Pero tampoco llevo vida de guetto, cultivo amistades más por afinidad en los quehaceres, los gustos, las ideas, que en el patriotismo. Debo aclarar que a la FILBO fui invitada por CAMM Editores, el sello colombiano que ha reeditado mi primera novela, El copista, y mi viaje allí fue para presentarla. Participé en diversas actividades, también junto con escritoras peruanas; en algunas fuera del recinto ferial, por iniciativa del municipio bogotano que ideó un extraordinario programa de proyección a la comunidad en coordinación con el Ministerio de Cultura del Perú. Fue una experiencia magnífica. Según el balance de la FILBO el pabellón peruano ha sido muy exitoso, la librería del Fondo de Cultura Económica que tuvo la exclusiva de las ventas al menudeo facturó con creces, de hecho la presencia de escritores, intelectuales y artistas peruanos fue muy felizmente numerosa, no así la muestra bibliográfica o stand de editores independientes que correspondería y cuya ausencia cedió protagonismo a la fotografía y artesanía, que por demás cuentan en el mundo con ferias y espacios internacionales para exhibir y comercializar sus productos. Por mi parte, era una dicha gozar de la amabilidad y el trato respetuoso de la gente colombiana. Y un aspecto que me es muy grato de estos encuentros, puesto que no vivo en el Perú, es siempre el de poder conocer a colegas, esta vez, por ejemplo, a la narradora Jennifer Thorndike, las poetas Julia Wong y Roxana Crisologo, al dramaturgo Eduardo Adrianzén o al novelista colombiano Manuel Valdivieso.



En ese marco, hemos visto que escritores que cuentan con muchos seguidores entre el público peruano, como Jayme Bayly o Beto Ortiz, no participaron en la delegación peruana en la FILBO aparentemente por ser considerados “escritores mediáticos” ¿Cómo crees tú que debería valorarse, en términos de reconocimiento, el éxito como escritor?


Dediqué al tema mi segunda novela, La falaz posteridad… Todo reconocimiento es válido y bienvenido, por supuesto, porque hay mucho de lotería en estos pagos. El problema, en todo caso, surge cuando la obsesión por acaparar reconocimiento, impulsada muchas veces por la angurria de multinacionales de la edición o de los medios, impide percibir siquiera la existencia de otros escritores, a menudo de mayor calidad literaria que los mediáticos de siempre pero carentes de lobby, de genes exhibicionistas, de agresividad publicitaria, de impudicia, de padrinos, de argollas o qué sé yo. Y los hubo también mediáticos en la FILBO, cómo no.



Se me quedan muchas preguntas en el tintero; sin embargo, me gustaría preguntarte tu opinión sobre la autopublicación y el crecimiento que se observa en el mercado mundial de libros digitales ¿Crees que esta nueva forma de publicar acerca al escritor con el lector y por lo tanto también incrementa la posibilidad de lectura o te sientes más identificada con el libro impreso publicado por una editorial?


Sobre la autopublicación sería lo propio decir: “Si eso te hace feliz…” Sin duda no se puede comparar la labor de una editorial seria con la autocelebración más allá del bien y del mal que significa publicarse uno mismo. Sin embargo, como se observa una espantosa banalización en los catálogos de muchas editoriales que llegaron a ser referenciales por su excelencia y que por esa mutación prefieren rechazar o –peor aún- mecer en eterna lista de espera como perros del hortelano a manuscritos de calidad mas poca rentabilidad a corto plazo, la autopublicación, encubierta en una editorial que brinde el servicio editorial o no, puede convertirse en la alternativa legítima para que una obra importante no se apolille en el cajón o, en estos tiempos, se quede presa para siempre en un disco duro.

En cuanto al libro digital, llega a más gente pero dudo que vaya a desplazar al libro en papel. Lo ideal sería que se complementen siempre. Mi primera novela acaba de salir en Bogotá como libro digital, aún no la he visto…


Finalmente Teresa la pregunta de rigor en nuestra página ¿qué significa para ti escribir?


Respirar, gozar, vivir, sobrevivir, denunciar, alabar, homenajear, burlarme, dar fe, en fin, ejercer la actividad más divertida que conozco, incluso en el sentido etimológico del término porque siempre produzco, al menos, dos versiones…


Muchas gracias por haber colaborado con nosotros.


                Las gracias a ti, Milagros, encantada.




                                                                        ****

No hay comentarios:

Publicar un comentario