domingo, 14 de diciembre de 2014

IMPERDIBLE: El Castillo de Cristal - Jeannette Walls


Hace un buen tiempo compré este libro y confieso que postergaba su lectura pues pensaba que me haría sufrir ya que se trata de una familia disfunsional donde cuatro niños sobreviven en medio del caos y la miseria que es vivir con un padre alcohólico y una madre irresponsable.

Finalmente hace unos días sentí que había llegado su día y lo abrí. Desde su primer párrafo me invitó a leerlo con avidez:

"Estaba sentada en un taxi, preguntándome si no me habría arreglado en exceso para la velada, cuando miré por la ventanilla y vi a mamá hurgando en un contenedor de basura.  Acababa de oscurecer.  El viento borrascoso de marzo azotaba el vapor que salía de las alcantarillas y la gente iba a toda prisa por las aceras, con los cuellos de los abrigos levantados.  Estaba atrapada en un embotellamiento a dos calles de la fiesta a la que me dirigía"

El Castillo de Cristal, no es una novela de ficción sino más bien son las memorias de la propia vida de Jeannette Walls y la de su familia.  Una historia que es relatada sin apasionamientos, simplemente es un recuento sincero de hechos narrados en primera persona por Jeannette, a quien su padre llamaba "cabra montesa" que llegan a conmover por su profundidad.

La familia Walls, compuesta por un padre alcohólico pero sensible, culto, extremadamente carismático, un entusiasta soñador. Una madre artista que odia la profesión de profesora que le fuera impuesta en su juventud y que se siente abrumada con la carga que significa sacar adelante a cuatro niños pequeños y un marido como Rex Walls, pero que siempre tiene una respuesta positiva a la mano para cualquier situación por más difícil que sea. Una soñadora empedernida, un alma sensible pero ausente. Lori, Jeannette, Brian y Maureen, los hijos, que luchan contra las adversidades que sus propios padres les crean, pero en su lucha no están solos, se tienen uno al otro para apoyarse continuamente a pesar del hambre, el casi no tener con qué vestirse y el caos en el que se convierte cada uno de los "hogares" por donde anduvieron, ya que durante su niñez viven constantes cambios de ciudad pues rápidamente era necesario volver a "poner los pies en polvorosa", como lo anunciaba Rex antes de partir prácticamente con lo que tuvieran puesto en ese momento.  

Si bien los niños pasaban hambre y precariedad, no les faltó instrucción, Rex, les enseña física, matemáticas, les enseñó a los niños a acudir al diccionario cuando no conocían una palabra y tenían discutir el significado de las mismas en familia, lo que los convertía en niños  "listos" como decía su madre.  Rex amaba a sus hijos y aun que las condiciones en los que los tenía no eran las mejores les transmitió un profundo amor por la vida y por la familia.

Durante la época infantil la vida errante, les resultaba divertida pues vivían en una constante aventura donde su padre era el héroe principal que pronto los sacaría de la pobreza:

"Todo lo que teníamos que hacer era encontrar oro, decía papá, y estábamos a punto de conseguirlo. Una vez que hubiera terminado el Prospector y nos hiciéramos ricos, empezaría a trabajar en nuestro Castillo de Cristal."

Sin embargo, al llegar la adolescencia sentirán que la aventura se transforma en inestabilidad y que la posibilidad de que su padre llegue a cumplir su sueño es nula.

"-Papá -dije-, nunca vas a construir el Castillo de Cristal.
-¿Estás diciendo que no tienes fe en tu viejo?
-Aunque lo construyas, yo ya me habré ido..."

Jeannette había comprendido que la única forma de surgir en la vida era salir de ese caos en el que se encontraba su familia y tomó la firme determinación de que uno a uno, los hermanos, dejarían Welchs y partirían a Nueva York.

"Necesitaba firmemente que ella se fuera. Porque sabía que si Lori nunca salía de Welch, yo tampoco lo haría."

Particularmente considero que es un libro que merece ser leído, a lo largo de la historia hay varias frases que explican la peculiar filosofía de vida de Rose Mary Walls, la madre de Jeannette y que merecen ser resaltadas.  Les dejo algunas y espero que se animen a leer esta historia que es tan cierta como la que cada uno de nosotros lleva consigo.























Por:  Milagros Lazo Bezold
Para ToqueDigital

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